TRANSFORMA TU NACIÓN (SAMARIA)
Y le era necesario pasar por Samaria…
(Juan 4: 4-42).
Samaria representa tu vida, tu trabajo, tu familia. Es todo aquello
que necesite ser transformado o cambiado. Por lo tanto se necesita:
1. Transformar Relaciones. Jesús vino a
reconciliar, a cambiar nuestro mundo interior. Vino a restaurar relaciones entre padres e hijos, entre esposos.
Canceló en la cruz todo argumento contrario que existía en tu vida. Quito
divisiones para traer paz. Vino para procesar tu vida, restablecer y sanar. (Vs
9)
2. Transformar los límites. Significa quitar
toda incredulidad que solo le permite ver los obstáculos. No ven la salida para
los problemas. En toda visión corta Jesús renueva la mente, quita todo límite
en tu vida, (Vs 11, 14) Debe quitar los ojos de lo terrenal, quitar la lógica,
el razonamiento. Mira a Cristo, mira lo celestial, lo glorioso porque con fe
veras los resultados esperados.
3. Transformar Familias.Jesús se enfocó en
áreas oscuras de esta mujer, en su inconstancia en su vida de pareja.
Transformar estas áreas es volver al modelo original, al matrimonio. Ordena tu vida, quitar tu desorden interno. (Vs
16-18).
La
transformación de Dios viene a través de:
a) Conocer a Jesús. Reconocer que Su don
es dar el agua de vida eterna.Respondió
Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame
de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. más el que bebiere del agua
que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.(Juan 4:13-14)
b) Tiene que creer. La mujer samaritana
creyó y anuncio a los demás, llevo la palabra a los demás. Dijo he hallado al Mesías.Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a
la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo
cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? (Juan 4: 39). Salga del mundo
dela lógica y viva por Fe.
c)
Predicar
el Evangelio.Entonces salieron de la
ciudad, y vinieron a él. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a
la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos
oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. (Juan
4: 41-42)
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